*
Hemos llegado exhaustos por la fuga. Hemos corrido tanto cómo hemos podido, siempre adelante. No hemos osado mirar atrás. Sé que detrás nuestro corría más gente pero aquí hemos llegado sólo los tres. El edificio está en pie pero muy deteriorado. No hay vidrios a las ventanas. Tampoco personas. Hace mucho calor y nos hemos quitado la ropa. De hecho, de poco nos servía lo que llevábamos puesto de tan malogrado que estaba. Hemos encontrado una cañería de la que sale agua. Nos hemos podido refrescar algo, quitarnos toda la suciedad que nos cubría el cuerpo. Hay un silencio sepulcral. No se escuchan las bombas estallando, ni los disparos, ni los gritos de la gente... Tampoco el cric-cric del grillo ni el canto de ningún pájaro... Tengo miedo. Este silencio hace estremecer. Pero no estoy solo. Ellos están conmigo. Son mis compañeros de huida y ni siquiera conozco sus nombres pero poco importan los nombres: somos unos desconocidos en una tierra desconocida. Sólo importa poder mirar a los ojos a alguien para saberte acompañado. Una brisa traspasa la ventana y acaricia mi cuerpo desnudo. Respiro profundamente. Estoy vivo.
28 de juny de 2007.
28 de juny de 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario