El tiempo pasa lento y constante. La arena cae como un hilo eterno que no tiene fin. Se escapa de entre los dedos para engrandecer la playa indescriptible del espíritu, la gran playa del alma. Es el gran reloj del vivir. Inmenso, intenso, apasionante, único... La fe del ser humano. El Dios de la vida. El Dios de las palabras, de los hechos, del amor. Siempre el amor...
Tic-tac. Tic-tac. Tic-tac.
Segundos, minutos, horas, días, semanas, años... Tic-tac. Granito a granito. Tic-tac. Tic-tac. Compartiendo, amando. Ofreciendo y recibiendo, amando. Viviendo cada instante, amando. La leyenda de la vida. La leyenda del reloj. La leyenda del amor. Siempre el amor...
Y como si de un pájaro se tratara, de en medio de la arena de este gran reloj, de cada aliento de vida, levanta el vuelo la experiencia que traza los caminos de un devenir que a veces se antoja incierto. Es el fénix que ilumina el paso hacia un futuro marcado por un carpe diem que es el grito de una filosofía donde complicarse la vida es la clave del triunfo del amor, siempre el amor, que es el tesoro más valioso de la existencia humana.
Tic-tac. Tic-tac. Tic-tac.
Segundos, minutos, horas, días, semanas, años... Tic-tac. Granito a granito. Tic-tac. Tic-tac. Compartiendo, amando. Ofreciendo y recibiendo, amando. Viviendo cada instante, amando. La leyenda de la vida. La leyenda del reloj. La leyenda del amor. Siempre el amor...
Y como si de un pájaro se tratara, de en medio de la arena de este gran reloj, de cada aliento de vida, levanta el vuelo la experiencia que traza los caminos de un devenir que a veces se antoja incierto. Es el fénix que ilumina el paso hacia un futuro marcado por un carpe diem que es el grito de una filosofía donde complicarse la vida es la clave del triunfo del amor, siempre el amor, que es el tesoro más valioso de la existencia humana.
25 de marzo de 2006
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