lunes, 12 de marzo de 2007

Las hojas caídas por el camino forman un cojín al andar

Los árboles se levantan imponentes. Sus troncos dibujan un laberinto que acontece mágico con la penumbra del atardecer. Las hojas caídas por el camino del bosque forman un cojín al andar. Mis pies, cubiertos por las hojas, avanzan lentamente. Las hadas y los duendes me saludan. Un pequeño unicornio me adelanta al galope perseguido por un enano travieso. En un claro, Peter Pan juega al ajedrez con el Principito observados por Wendy con ademán de celos. Motivos tiene: las miradas de los chicos delatan sentimientos ocultos que quizás no lo son tanto si te fijas en el armario que está a su lado con las puertas bien abiertas. Más adelante, justo junto al río, la bruja mala negocia con la Blancanieves el convenio laboral de los Siete Enanos, que se entretienen cerrando el paso al Conejo Blanco de Alicia. A medida que avanzo van apareciendo más y más personajes: Pluto, Hércules, Campanilla y los Niños Perdidos, Chin Chan, Mary Poppins, Doraimon, ... Justo después de atravesar el río, un fuerte golpe en la cabeza me despierta y me saca “de golpe” del sueño. ¡Maldita piña! ¡Podrías haber caído en otra banda! Por lo menos, el golpe me recordará la fugaz fuga de la realidad.

18 de noviembre de 2006

No hay comentarios: